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arChivo Expiatorio

Breve tratado de Filosofía Ocular

La retina es un basurero galáctico. Tiene la concavidad del cielo y como antena cósmica que es, siempre apunta hacia algún punto lejano más allá del Sistema Solar. Porque nuestra mirada siempre quiere estar detrás de los planetas. Pero es una ilusión óptica. Uno no dirige los ojos y mucho menos la mirada. No existe nada parecido a rayos invisibles que uno pudiera producir con la vista. Y sin embargo uno así lo cree. Poso la vista en algo esperando una respuesta, una señal, como si realmente uno mandara un mensaje. Es una ilusión que funciona porque los otros son ciegos de los mismos ojos. Pero Platón tenía razón en algo, en que existen cuevas o cavidades, como las órbitas oculares, donde se alojan las impresiones del mundo real. Se equivoca al decir que estas impresiones son ideales, pues son simplemente la basura de la luz, lo que deja a su paso el huracán de 6 mil millones de miradas perdidas multiplicadas por dos ojos. La poesía es lo mínimo indispensable que hay que decir para decirlo todo. Ver tus ojos cuando me miras, mientras tejes algo con tus manos, es lo mínimo que tengo que ver para haberlo visto todo. Es lo que me salva de la basura.

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