Blogia
arChivo Expiatorio

El Viento volverá a Escribirlo

Sucede a menudo que aquello que tienes en algún lugar de la cabeza, alguien ya lo escribió. Y que cuando lo lees, no sabes que ya lo tenías en algún lugar de la cabeza. No hasta ese momento. No tan a menudo sucede que lo escrito es perfecto, lo cual hace que algo de ti mismo se vuelva perfecto, al menos los ojos con que lees. Es el caso de las siguientes líneas, encontradas por casualidad en una nota atrapada en un libro a su vez atrapado en un cajón que nunca se abre. Rara vez se encuentran palabras con la cantidad exacta de letras “eses” y la cantidad exacta de sal. Es un poema marino que sin embargo trata sobre la tierra, esa tierra ambigua por naturaleza que es la arena, materia elusiva y polimórfica. Una de las cualidades del poema es su indestructibilidad, tal es la esencia de lo que trata, de la indestructibilidad de los poemas bien escritos así como de las cosas bien hechas. Porque hay algo de natural es todo lo bello y por eso tarde o temprano alguien o algo se encargará de hacerlo. En otras palabras, si Mozart no hubiera nacido, alguien se hubiera encargado de componer la Sinfonía de Júpiter. Este poema lo puedes echar a una cubeta, llenarlo de agua, tirarse al patio y luego dejar las palabras secarse al sol para que el viento las acomode. Ahí, pegadas al suelo, podrás leer una y otra vez que

El día en que cumpliste nueve años, levantaste en la playa un castillo de arena.
Una legión de extraños se congregó para admirar tu obra.
Han pasado doce años desde entonces
A menudo regresas a la playa e intentas encontrar restos de aquel castillo.
Acusan al flujo y al reflujo de su demolición.
Pero no son culpables las mareas: tu sabes que alguien lo abolió a patadas,
y que algún día el mar volver a edificarlo.
(José Emilio Pacheco)

0 comentarios